lunes, 14 de julio de 2014

SERIES DE TELEVISIÓN: 'LAS CHICAS DE ORO', UNA LEYENDA TELEVISIVA.

LAS AÑORADAS CHICAS DE ORO

 
 
MARIAN PIDAL


 
 

CUATRO CHICAS DORADAS



  
Momentos Estelares
de
'Las chicas de oro'
 
En diciembre de 2013 recibí el encargo de escribir un tema relacionado con las Navidades. Hacía solo unas semanas que había estado revisitando algunos episodios de 'Las chicas de oro', una de mis series televisivas favoritas. Entonces, comprobé que la frescura de los guiones seguía intacta; el montaje, superlativo; la canción de la cabecera, impecable, y, sobre todo, que las maravillosas chicas doradas eran un lujo interpretativo con el que soñaron y seguirán soñando todas las productoras del mundo. Estos pensamientos me llevaron a escribir el artículo que os dejo a continuación:
 
'ETERNA Y DORADA NAVIDAD'
 
Estados Unidos domina el lenguaje televisivo. Las cadenas más poderosas estrujan al límite los cerebros de guionistas que sobreviven a una búsqueda incesante de la serie que destroce los índices de audiencia. Las productoras muestran la cara y cruz de la vida en cualquier parte: en el salvaje Oeste; los fondos marinos; los barrios marginales o la barra de un bar impersonal. El espacio no es problema y el tiempo, menos. ¿Por qué renunciar al pasado? La América esclavista siempre dio juego y el futuro alienígena de universos paralelos, seduce.
 
Las encuestas apuntan que los televidentes adultos optan por los dramas de intriga, acción y crudeza. Los vientos son propicios para 'The Wire', 'Boardwalk Empire' y los 'CSI'. Sí, antes también existían personajes que chapoteaban en el fango pero en 'Colombo', 'Canción triste de Hill Street' o 'Corrupción en Miami' se ponían límites a la crueldad y el terror para no dinamitar el producto. 
 
Las comedias de carácter familiar tienen menos tirón pero aglutinan un público fiel mimado por los ejecutivos. Con la renovación lógica, 'Friends' y 'Dos hombres y medio' han recogido el testigo de 'Embrujada' y 'El show de Bill Cosby'. Independientemente de su repercusión, muy pocas series resisten el paso del tiempo sin apolillarse. La mayoría acaba por desteñirse o caducar. Por suerte, hay excepciones memorables como 'Las chicas de oro'. 
 
En 1985, la NBC lanzó el episodio piloto de una 'sitcom' que permanecería 7 años en antena removiendo los cimientos de la televisión mundial. El proyecto era audaz ya que se centraba en las peripecias de cuatro mujeres maduras que compartían casa. Existía el riesgo de atraer a un sector de público reducido. Ni mucho menos. El impacto fue tan arrollador que decenas de millones de estadounidenses devoraron una vez por semana el episodio de turno. 
 
'Las chicas de oro' arrasó encadenando genialidades. Susan Harris, su creadora, reunió un equipo excepcional especializado en diálogos agudos y desternillantes.
 
La cabecera necesitaba una sintonía pegadiza que enganchase al espectador desde las primeras notas. 'Thank You For Being A Friend', compuesta por Andrew Gold e interpretada por Cynthia Fee, acertó de pleno. Pero la piedra angular de la serie fue el cuarteto de actrices elegidas para los papeles principales. La interpretación fue sencillamente colosal. Procedentes del teatro, Rue McClanahan, Betty White, Beatrice Arthur y Estelle Getty deslumbraron en los papeles de Blanche, Rose, Dorothy y Sophia, respectivamente.
 
Devereaux, dueña de la casa en la que se desarrolla la trama, era vivaracha y estaba poseída por el síndrome de Peter Pan. Viuda y madre, sureña desubicada, vivía obsesionada con el coqueteo y el sexo. Rose Nylund, también viuda y madre, se crió en una comunidad noruega de Minnesota. Las historias que continuamente relataba rozaban el surrealismo y la situaban entre la simplicidad y el altruismo. Dorothy Zbornak, juiciosa y culta, era hija de inmigrantes italianos. Vivió en Brooklyn cuidando a sus hijos y soportando las infidelidades de un marido que la abandonaría por una mujer más joven. Sophia Petrillo, madre de Dorothy, era mordaz, irreverente y quisquillosa hasta la descortesía.
 
La NBC contrató además secundarios populares como Sheree North, una hermana de Blanche; Harold Gould, novio de Rose; Herb Edelman, exmarido de Dorothy, y Sid Melton, difunto poso de Sophia. Entre los cameos figuraron George Clooney, Bob Hope, Leslie Nielsen y Quentin Tarantino, entre otros.
 
'Las chicas de oro' no fue una comedia de situación al uso. Los textos trataban temas comprometidos como el adulterio; las uniones entre mujeres mayores y hombres jóvenes; las parejas mixtas. Sin careta, abordaron el racismo; la homosexualidad; el maltrato en los asilos; el sida; los trasplantes de órganos y la fecundación in vitro. Incluso, lanzaron puyas contra el entonces presidente Ronald Reagan. Mucha valentía para la época.
 
Continuamente, las chicas se enzarzaban en debates que concluían en la cocina, entre bocados de dulces irresistibles. Parecían una familia reunida por Navidad, la época en la que se descubre lo peor y lo mejor de cada uno, las discusiones son estériles y los reproches se difuminan. Por eso cada episodio parece un eterno y dorado cuento de Pascua. Blanche, Rose, Dorothy y Sophia vivieron dos navidades televisivas. En la segunda temporada grabaron 'Una pesadilla antes de Navidad' y en la quinta, 'Que tengas una Feliz Navidad'. En ambos casos, se funden las virtudes que hicieron de 'Las chicas de oro' la obra maestra que sigue siendo.
 
Artículo publicado en 2013 por MARIAN PIDAL en el periódico 'El Comercio', de España.
  
 
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