YERMA,
UNA MUJER LORQUIANA
UNA MUJER LORQUIANA
MARIAN PIDAL
Federico García Lorca
Un 5 de enero de 1898, en Fuente Vaqueros, Granada, nacía el gran poeta y dramaturgo Federico García Lorca.
En el año 2012, tuve la oportunidad de admirar una versión de su obra teatral 'Yerma', dirigida por Miguel Narros.
En recuerdo de su natalicio, os dejo la crítica que escribí con motivo de esa representación.
'MADRE YERMA'
Miguel Narros ilumina con agudeza incuestionable
los personajes femeninos atenazados por un destino implacable y demoledor. Grande
del teatro español, ha ejercido durante décadas su magisterio desentrañando las
claves sutiles de Fedra, Antígona y Salomé, arquetipos universales, y profundizando
en los entresijos de Acacia, Rosita y Gallarda, heroínas de la dramaturgia
nacional.
El sábado, el director madrileño llevó
al Campoamor un nuevo montaje de 'Yerma',
el poema trágico que junto a 'Bodas de sangre' y 'La casa de Bernarda Alba'
integra la trilogía dramático-rural de García Lorca.
Desde su estreno en 1934, 'Yerma'
revalida su vigencia aferrándose a un argumento intemporal. La obsesión abocada
a la locura ante la maternidad imposible pero obligada; la insatisfacción encerrada
en una mujer que solo existe para el alumbramiento y cuidado de los hijos. Yerma.
Resignación en el hombre atormentado por la murmuración. Juan.
Yerma y Juan se consumen entre reproches.
Su tragedia aumenta con el peso aplastante de una sociedad primaria. Ella, como
la madre coraje que podría llegar a ser, se rebela. Él se conforma ante lo
inevitable. La impotencia y el resentimiento conducen a la muerte de Juan a manos
de Yerma. Los acontecimientos no permiten otra opción; el espectador tampoco la
espera.
Silvia Marsó, Yerma, pisa firme en
su ya dilatada trayectoria artística. Jovial, extrovertida en el rol de Yerma
joven, se reafirma en el tercer acto con un perfil abiertamente desgarrado.
Marcial Álvarez da vida a un Juan rudo que recuerda por su intransigencia al
personaje de Bernarda Alba. Notables las escenas corales de las lavanderas y la
romería.
La escenografía se resolvió sin
alardes pero con habilidad. El escenario, al servicio del simbolismo lorquiano,
potenció la presencia del agua, alusiva a la fecundidad, como cauce de río,
lavadero o lluvia de tormenta en multitud de escenas. Buen gusto en el
vestuario. Iluminación discreta.
La 'Yerma' de Narros introduce como
fondo de los monólogos poéticos fragmentos musicales compuestos por Enrique
Morente. A destacar, el tema 'Por qué duermes solo, pastor?' y la nana grabada
por Estrella Morente. Algo menos de media entrada. Ovación.
El texto de la presente crítica fue publicado por MARIAN PIDAL el 11 de junio de 2012 en el periódico 'El Comercio', de España.
Pasaje
de
'Yerma'
'Yerma'
en el Teatro Campoamor de Oviedo