REFERENCIA INELUDIBLE DE LA
ALTA PELUQUERÍA ESPAÑOLA
MARIAN PIDAL
El peluquero ovetense Antonio Gorriz recibe la 'Ordre de la Chevalerie' de 'Intercoiffure Mondial'
En una ceremonia celebrada
en la ‘Salle Wagram’ de París, fue el único español galardonado con este
reconocimiento de proyección internacional
MARIAN PIDAL
RECOGIDO REALIZADO POR ANTONIO
La trayectoria profesional de Antonio Gorriz Carrasco es, desde hace décadas, un referente indiscutible de la peluquería española.
Antonio, a secas, como le llama su numerosísima clientela ha recogido en múltiples ocasiones prestigiosos premios dentro y fuera de nuestro país.
Comienzo este relato tras preguntarle a Antonio acerca de su motivación para dedicarse a la peluquería y, de inmediato, se le ilumina la cara por el aluvión de recuerdos familiares, aún vívidos y gratificantes: 'Mi padre, Antonio Gorriz Rey, fue peluquero al igual que uno de sus hermanos, Pedro. Mi padre optó por la peluquería femenina y mi tío, por la de caballeros'.
Gorriz
Rey, llegaría a ser un profesional altamente cualificado y reconocido en
Asturias. Pero, antes de llegar a ese momento, Antonio me apunta: 'Mi padre
nació en Jaca y se trasladó a Madrid para estudiar con Manzano, en la que por entonces
era una peluquería de moda. Allí ocupó el cargo de Oficial hasta que en 1939
recibió una oferta de trabajo desde Oviedo'.
El popular José Barbao le propuso trasladarse a la capital del Principado para servir de refuerzo en su local, desbordado durante las fiestas de San Mateo. Su pericia fue tal que la intención de permanecer tres meses en Asturias se alargó durante los once años en los que fue el Encargado del negocio de Barbao.
PEINADOS EXCLUSIVOS
de
ANTONIO GORRIZ
Corre
el tiempo y Gorriz Padre se casa en 1950 con la maestra nacional Purificación
Carrasco Fernández. Ambos deciden establecerse por su cuenta en el número 38 de
la Calle Uría de Oviedo. 'Allí nací yo, en la peluquería y en casa', me comenta
Antonio, 'porque la vivienda familiar y el negocio estaban unidos. Mis primeros
juguetes fueron los rulos y otros objetos de trabajo que veía cada día', sonríe
y gesticula levemente con las manos.
La
clientela de Gorriz Rey va en aumento. Su trato y buen hacer le convierten en
un peluquero tan renombrado que su trabajo será elogiado por varias
generaciones de asturianas.
LA ORIGINALIDAD
Lejos de ocultar sus conocimientos, nunca dudó en transmitirlos a futuros profesionales entre los que se encontraban sus hijos. El mayor, Antonio, sería su legítimo sucesor.
Le pregunto entonces por su infancia y adolescencia y me
responde, siempre cordial, que compartió vivencias con sus hermanos -Covadonga,
Purina y Pedro- y que estudió en La Milagrosa y en el Instituto Alfonso II. 'Yo
quería dedicarme a la Restauración y al Arte, pero a mi padre no acababa de
convencerle mi decisión'. ¿Qué ocurrió entonces?, pregunto. 'Seguí los consejos
paternos y estudié Maestría Industrial en Madrid, en la Escuela de Santa Engracia'. Precisamente en Madrid y con el renombrado peluquero Daniel Blanco dio sus
primeros pasos en la que iba a ser su profesión definitiva.
JUNTO a COLABORADORES
y
MODELOS
Cuando era niño y ayudaba a mi padre solía decirle: 'soy peluquero pero no barro pelos'. Pues con Blanco tuvo que barrer durante una semana el negocio que estaba en un bajo, y la acera.
En tres años de aprendizaje asimiló que en profesiones como la suya se debe empezar por lo básico y subir peldaños uno a uno, sin ceder a la tentación de dar saltos impacientes o ególatras.
Antonio aprovechó al máximo las lecciones de Blanco. También conoció a gente destacada de la sociedad madrileña y peinó a famosas como Concha Velasco, Pitita Ridruejo, Rafaela Aparicio, Gelu, Marisol González y Florinda Chico. A esta última la recuerda como una mujer encantadora que 'siempre nos regalaba entrada para el teatro'.
Entre la dilatada lista de personajes populares que pasaron por sus manos recuerda con afecto a Lola Flores, María Dolores Pradera, Paloma Gómez Borrero, Charo Reina y Teresa Berganza. Para él, la mezzosoprano es una 'antidiva'. Siempre me dice: Antonio, péiname moderno, como tú sabes que me gusta'.
Tras
el fallecimiento de su padre en 1981, Antonio toma su testigo y se coloca al
frente de la empresa familiar.
A Gorriz le gusta resaltar la importancia que la familia tiene en sus logros emocionales y profesionales.
Habla orgullosamente de su esposa Pilar Fernández -me apoya en todo y tiene un carácter extraordinario-; de sus hijos Antonio y Cecilia, y de sus hermanas. 'Covadonga está volcada en la gestión y con Pura perfila los aspectos creativos'.
El talento y el apoyo de su entorno le permiten exhibir un curriculum en el que figuran un primer puesto en el Campeonato de España de Peluquería y en el Campeonato de Asturias de Formación Profesional; un segundo puesto en el Campeonato de España; un segundo premio de 'El Quijote de Oro'; la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo; Copa Ciudad de Barcelona, etc.
Gorriz es, además, socio fundador de 'Intercoiffure', entidad de la que Juan Carlos I ostenta la Presidencia de Honor. Desde 1980, también es miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Peluqueros del Principado de Asturias. Su labor se prolonga en innumerables desfiles, galas y eventos de toda índoles.
Como
hizo su padre, Antonio se ha dedicado a la docencia. Fue 'Formador de
Formadores' a requerimiento del Ministerio de Educación, y ha impartido cursos
de especialización por toda España.
La
figura de Antonio Gorriz es conocida más allá de nuestras fronteras. Durante
tres años fue profesor en la 'Chambre des Métiers' de Rennes, Francia, y ha
representado a Asturias en el III Congreso Intercéltico de Peluquería celebrado
en Escocia.
La
conversación avanza distendida. Tímido por naturaleza, Gorriz sabe escuchar, es
un experto sicólogo y a cada pregunta responde con una humildad poco común en
alguien que ocupa un puesto relevante en la vida social asturiana.
Sus clientas, le consideran imprescindible para llevar un buen corte de pelo y, más aún, para lucir un recogido soberbio. Sus trabajos para novias, madrinas y damas de honor tienen 'Denominación de origen Antonio Gorriz'. 'De los cientos de peinados que ha realizado 'jamás he repetido ninguno. Quiero que mi contribución a la imagen final de una novia levante admiración por lo favorecida que está, no solo por lo bien peinada que va'.
Como colofón a toda una vida de trabajo acaba de recibir en París la 'de la Chevalerie' de 'Intercoiffure Mondial'.
Se emociona recordando la ceremonia; el instante en el que en una enorme pantalla sobre los colores de la bandera española aparece su nombre. El instante en el que recoge el galardón junto a colegas de Japón, Australia, Reino Unido, Italia, Francia, Bélgica, Chile, Suecia y Noruega.
Al filo de concluir la entrevista, le pido que se autodefina y, sin titubear, responde: 'yo soy peluquero de vocación'.
Le planteo las últimas preguntas y me responde que la reina Letizia, Carolina de Mónaco y Nati Abascal son tres mujeres que siempre llevan el peinado adecuado y que le hubiera encantado peinar a Grace Kelly, la Begum Salimah y Coco Chanel, 'una diseñadora a la que admiro y con la que me hubiera encantadi intercambiar opiniones. Su propuesta estética me fascina'.
Me despido de Antonio Gorriz, hombre culto, amante de la lectura, el dibujo, la ópera y el jazz de Nina Simone, con el placer de haber compartido minutos con un grande de la peluquería de este país.
De esta narración, en el periódico 'El Comercio', de España, publiqué el 17 de octubre de 2016 el siguiente extracto:
El peluquero Antonio, premiado en París
Recibe la Ordre de la Chevalerie y se convierte en el único español con este galardón internacional
MARIAN PIDAL - OVIEDO - 17 de octubre 201608:39
Antonio Gorriz, en su peluquería
de la calle Uría,
con el diploma que acredita su último premio.
/ Foto: M. ROJAS
La trayectoria profesional de Antonio Gorriz Carrasco es, desde hace décadas, un referente indiscutible de la peluquería española. Antonio, a secas, como le llama su numerosísima clientela, ha recogido en múltiples ocasiones prestigiosos premios dentro y fuera de nuestro país.
Su motivación para dedicarse a la peluquería le viene de familia: «Mi padre, Antonio Gorriz Rey, fue peluquero al igual que uno de sus hermanos, Pedro. Mi padre optó por la peluquería femenina y mi tío, por la de caballeros». Gorriz Rey llegaría a ser un profesional muy reconocido en Asturias. Nacido en Jaca «se trasladó a Madrid para estudiar con Manzano, en la que por entonces era una peluquería de moda. Allí ocupó el cargo de oficial hasta que en 1939 recibió una oferta de trabajo desde Oviedo. El popular José Barbao le propuso trasladarse a la capital del Principado para servir de refuerzo en su local, desbordado durante las fiestas de San Mateo». Su pericia fue tal que la intención de permanecer tres meses en Asturias se alargó durante los once años en los que fue el encargado del negocio de Barbao.
En 1950 se casó con la maestra nacional Purificación Carrasco Fernández y se establecieron por su cuenta en el número 38 de la calle Uría. «Allí nací yo, en la peluquería y en casa», comenta Antonio, «porque la vivienda y el negocio estaban unidos. Mis primeros juguetes fueron los rulos y otros objetos de trabajo». La clientela de Gorriz Rey va en aumento y se convierte en un peluquero que será elogiado por varias generaciones de asturianas. Nunca dudó en transmitir sus conocimientos a futuros profesionales, entre los que se encontraban sus hijos. El mayor, Antonio, es su legítimo sucesor. Tras estudiar en La Milagrosa y en el Instituto Alfonso II, «quería dedicarme a la Restauración y al Arte, pero seguí los consejos paternos y estudié Maestría Industrial en Madrid, en la Escuela de Santa Engracia» Precisamente en Madrid y con el renombrado peluquero Daniel Blanco dio sus primeros pasos. «Cuando era niño y ayudaba a mi padre solía decirle: 'Soy peluquero pero no barro pelos'». Pues con Blanco tuvo que barrer durante una semana el negocio. En tres años de aprendizaje asimiló que en profesiones como la suya se debe empezar por lo básico y subir peldaños uno a uno.
Lecciones de Blanco
Antonio aprovechó al máximo las lecciones de Blanco. Conoció a gente destacada de la sociedad madrileña y peinó a famosas como Concha Velasco, Pitita Ridruejo, Rafaela Aparicio, Gelu, Marisol González y Florinda Chico. A esta última la recuerda como una mujer encantadora que «siempre nos regalaba entradas para el teatro».
Entre la dilatada lista de personajes populares que pasaron por sus manos recuerda con afecto a Lola Flores, María Dolores Pradera, Paloma Gómez Borrero, Charo Reina y Teresa Berganza, una «antidiva». «Siempre me dice: 'Antonio, péiname moderno, como tú sabes que me gusta'».
Tras el fallecimiento de su padre en 1981, Antonio toma su testigo y se coloca al frente de la empresa familiar. La familia es muy importante en sus logros emocionales y profesionales. Habla orgullosamente de su esposa Pilar Fernández -«me apoya en todo y tiene un carácter extraordinario»-; de sus hijos Antonio y Cecilia, y de sus hermanas. «Covadonga está volcada en la gestión y con Pura perfilo los aspectos creativos».
El talento y el apoyo de su entorno le permiten exhibir un curriculum en el que figuran un primer puesto en el Campeonato de España de Peluquería y en el Campeonato de Asturias de Formación Profesional; un segundo puesto en el Campeonato de España; un segundo premio de 'El Quijote de Oro'; la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo Copa Ciudad de Barcelona, …
Gorriz es, además, socio fundador de 'Intercoiffure', entidad de la que Juan Carlos I ostenta la Presidencia de Honor. Desde 1980 también es miembro de la junta directiva de la Asociación de Peluqueros del Principado de Asturias. Su labor se prolonga en desfiles, galas y eventos.
Como hizo su padre, se ha dedicado a la docencia. Fue «formador de formadores» a requerimiento del Ministerio de Educación, y ha impartido cursos de especialización por toda España.
Su figura es conocida más allá de nuestras fronteras. Durante tres años fue profesor en la 'Chambre des Métiers' de Rennes, Francia, y ha representado a Asturias en el III Congreso Intercéltico de Peluquería celebrado en Escocia.
Aunque tímido por naturaleza, sabe escuchar, es un experto psicólogo. Sus clientas le consideran imprescindible para llevar un buen corte de pelo y, más aún, para lucir un recogido soberbio. Sus trabajos para novias, madrinas y damas de honor tienen 'Denominación de origen Antonio Gorriz'. «Jamás he repetido ningún peinado. Quiero que mi contribución a la imagen final de una novia levante admiración por lo favorecida que está, no solo por lo bien peinada que va».
Como colofón a toda una vida de trabajo, acaba de recibir en París la 'Ordre de la Chevalerie' de 'Intercoiffure Mondial'. Recogió el preciado galardón individual junto a colegas de Japón, Australia, Reino Unido, Italia, Francia, Bélgica, Chile, Suecia y Noruega. Es el único español que lo posee. «Peluquero de vocación», considera que la Reina Letizia, Carolina de Mónaco y Nati Abascal siempre llevan el peinado adecuado y le hubiera encantado peinar «a Grace Kelly, la Begum Salimah y Coco Chanel».
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