miércoles, 13 de marzo de 2024

OPINIÓN: VALLDEMOSSA: UN HOGAR PARA CHOPIN, GEORGE SAND Y CATALINA THOMÁS.

VERANOS EN VALLDEMOSSA:
CHOPIN, GEORGE SAND
y
SANTA CATALINA THOMÁS

MARIAN PIDAL
 
 

La localidad de Valldemossa, inscrita en el Municipio de Tramontana, está situada en la isla de Mallorca, la mayor de las que forman el archipiélago balear.

 

VALLDEMOSSA

 

A una altitud de 413 metros sobre el nivel del mar y en una extensión de 42.93 kilómetros cuadrados, se reúnen los cerca de 2000 habitantes que tienen fijada su residencia allí.

 
Valldemossa cuenta con dos Patrones fervientemente venerados: Santa Catalina Thomás y San Bartolomé.
 
SANTA CATALINA THOMÁS
 
 
Por esta población han desfilado a lo largo de los siglos importantes figuras del arte, pensamiento, ciencia y política. En algunos casos lo hicieron de forma obligada, como el insigne asturiano Gaspar Melchor de Jovellanos, apresado en la localidad en 1801. Antes que él pisó Valldemossa el Rey Sancho I. Su padre, Jaime II de Mallorca, ordenó edificar un hermoso palacio en aquella tierra para que Sancho, afectado de problemas respiratorios, mejorase su debilitada salud.
 
GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS
RETRATADO por FRANCISCO DE GOYA
 
En 1399, el Rey Martín I de Aragón cedió dicho palacio a la Iglesia con el fin de que se construyese la renombrada 'Cartuja de Valldemossa'. La Orden de los Cartujos tomó posesión del edificio, siendo su primer Prior Pedro de Portaceli. Allí discurrió la vida de los monjes hasta que se promulgó la 'Desamortización de Mendizábal'.
 

Un hecho que siguen recordando los naturales de Valldemossa es que el preclaro Ramón Llull visitó el lugar para ofrecer sus impactantes prédicas y que fundó en Miramar un Colegio de Lenguas Orientales.

 
RAMÓN LLUL
 

Entre otros distinguidos personajes que han gozado de las bellezas de esta espectacular población figuran Akihito, emperador de Japón; Miguel de Unamuno; Eugenio D’Ors; Rubén Darío; Alicia de Larrocha; Bill Clinton; Jorge Luis Borges; Natasha Zupan; Santiago Rusiñol; Jimmy Carter; José Martínez Ruiz 'Azorín'; Rafael Orozco; Bella Davidovich; Mickhail Pletnev; Joaquín Achúcarro, y Josep Coll Bardolet, entre otros.

 

Dos de los huéspedes más notables, y que además pasaron un invierno en la Cartuja, fueron Frédéric Chopin y George Sand. El músico aprovechó la estancia para componer los famosos 'Preludios Op. 28'.

 
 
FRÉDÉRIC CHOPIN
 
 
GEORGE SAND
 

Siguiendo el recorrido de estas dos personalidades, Isaac Turienzo, mi marido, y yo hicimos varias visitas a Valldemossa.

 

 


UN ENTRAÑABLE RINCÓN
de
VALLDEMOSSA

Hoy, os dejo un resumen de nuestra inolvidable experiencia.

 

En este post utilizo el texto basado en la edición digital de 'Un invierno en Mallorca', escrito por George Sand, realizada por Fabián, el 14 de mayo de 2012 en Palma.
 
-Marian Pidal: El famoso libro fue traducido al castellano por primera vez por Pedro Estelrich Fuster.

George Sand, 1804-1876, vivió en Mallorca durante un invierno, entre 1838 y 1839. Los recuerdos vividos en ese lapso de tiempo, la animaron a relatarlos por escrito en 1841. 
 
La autora comenzó por editarlos en tres partes en la 'Revue des deux mondes', bajo el título 'Un hiver au Midi de l'Europe'. Poco después se publicó en formato de libro. Una segunda edición, llegaría en 1842, titulada esta vez 'Un hiver à Majorque'.
 
Actualmente, el texto de la autora francesa es de Dominio Público. 
 
En cursiva y negrita reproduciré literalmente fragmentos entresacados de 'Un invierno en Mallorca, desarrollados por Sand en primera persona.
 
-George Sand: Mallorca es, para los pintores, uno de los más hermosos países de la tierra y uno de los más ignorados. Mallorca es Eldorado de la pintura. Todo es allí pintoresco, desde la cabaña del campesino, que ha conservado en sus menores detalles la tradición del estilo árabe
 


Primera p
 
VALLDEMOSSA

-G. S.: La cima del peñasco dibuja sus contornos limpios sobre un cielo brillante, la palmera se inclina por si misma sobre los precipicios, sin que la brisa caprichosa desarregle la majestad de su belleza, y hasta el menor cactus desmedrado al borde del camino, todo parece mostrarse con una especie de vanidad para recrear la vista 
 
A pesar de sus huracanes y de sus asperezas, Mallorca, llamada con justicia por los antiguos la Isla Dorada, es extremadamente fértil y sus productos son de calidad exquisita
 
 
PRODUCTOS y CERÁMICAS
TÍPICOS de MALLORCA
 
-G. S.: El principal comercio exterior consiste en almendras, naranjas y cerdos

Llegamos a Palma el mes de Noviembre de 1838, con un calor comparable al de nuestro mes de Junio. Habíamos salido de París quince días antes con un tiempo extremadamente frío ... A este placer se juntaba el de recorrer una ciudad de mucho carácter, poseedora de muchos monumentos de primer orden en hermosura y en rareza
En Palma es necesario anunciarse y recomendarse a veinte personas de las más notables muchos meses antes para no quedarse en medio de la calle. Todo lo que pudo hacerse por nosotros, fue procurarnos dos pequeñas habitaciones amuebladas, o mejor, desamuebladas, en una especie de mal mesón, donde los extranjeros se han de dar por muy satisfechos si encuentran un catre con un colchón blando y rollizo como una pizarra, una silla de paja y, en cuanto a alimentos, pimienta y ajos a discreción. En menos de una hora pudimos convencernos de que si no nos mostrábamos encantados de esta recepción, se nos miraría con malos ojos, como impertinentes o remilgados, o se nos tendría piadosamente por locos; desgracia que tiene todo aquél que en España no está contento. El más insignificante gesto que hicierais al encontrar porquería en las camas o escorpiones en la sopa, os acarrearía el desprecio más profundo y levantaría universal indignación en contra vuestra. Nos guardamos, pues, muy bien, de quejarnos, y, poco a poco comprendimos a qué se debió esta escasez de recursos y esta falta aparente de hospitalidad. Además de la poca actividad y energía de los mallorquines, la guerra civil que trastornaba a España hacia mucho tiempo, había interceptado en esta época toda comunicación entre la isla y el continente; Mallorca había servido de refugio a cuantos españoles pudiera albergar y los indígenas encerrados en sus hogares, se guardaban muy bien de salir de ellos para buscar aventuras en la madre patria. A estas causas es preciso añadir la ausencia total de industria y el rigor de las aduanas que recargan todos los objetos necesarios al bienestar con un impuesto desmedido (1). Palma solo tiene cabida para un cierto número de habitantes y a medida que la población aumenta, como no se edifica, se aglomeran las gentes de un modo extraordinario. Nada se renueva en estas habitaciones. Excepto en casa de dos o tres   familias, el mobiliario ha cambiado poco desde hace 200 años. No se conoce ni el imperio de la moda, ni el deseo de lujo, ni el de las comodidades de la vida. Hay apatía de un lado, dificultad del otro; y así se quedan. Se tiene lo estrictamente necesario, pero nada más. Así es que la hospitalidad no pasa de ofrecimientos. Hay una frase consagrada en Mallorca como en toda España para dispensarse de prestar cosa alguna; consiste en ofrecerlo todo. La casa y todo lo que contiene está a vuestra disposición. No podéis mirar un cuadro, tocar una tela, levantar una silla sin que se os diga con mucha cortesía: Está a la disposición de V. Pero guardaos muy bien de aceptar, pues aunque fuere un alfiler seria una indiscreción grosera. Cometí una impertinencia de´este género a mi llegada a Palma y creo firmemente que no me rehabilitaré jamás en el ánimo del marquHabía sido muy recomendado a este Joven león palmesano y creí poder aceptar su coche para dar un paseo. ¡Me lo ofrecieron de una manera tan amable! Pero al día siguiente recibí una esquela del marquesito que me hizo comprender que había faltado a todas las conveniencias y me apresuré a devolver el vehículo sin haberme servido de él. No obstante, he encontrado excepciones a esta regla, pero se trataba de personas que habían viajado, y que, conociendo bien el mundo, eran en realidad los ciudadanos de todos los países. Si otras se sentían inclinadas a la cortesanía y a la franqueza por la bondad de su corazón, ninguna (es necesario decirlo para comprobar la penuria que la aduana y la falta de industria han causado en este rico país), ninguna hubiese podido cedernos un rincón de su casa sin imponerse tales molestias y tales privaciones que hubiéramos sido verdaderamente indiscretos aceptándolo. Tuvimos ocasión de reconocer esta imposibilidad de su parte, cuando buscábamos sitios donde instalarnos. Era imposible encontrar en toda la ciudad una sola vivienda que fuera habitable. Una habitación en Palma se compone de cuatro paredes absolutamente desnudas, sin puertas ni ventanas. En la mayor parte de las casas burguesas no se usan vidrieras, y cuando uno quiere procurarse esta comodidad muy necesaria en invierno, es preciso mandar hacer los marcos. Cada inquilino cuando se muda (y no se mudan con frecuencia) se lleva pues, las hojas de las ventanas, las cerraduras y hasta los goznes delas puertas. Su sucesor se ve obligado a reponerlos, a menos de que no quiera vivir en pleno aire, gusto muy extendido en Palma. Por otra parte se necesitan seis meses al menos para hacer no solamente las puertas y las ventanas, sino las camas, las mesas, las sillas, todo en fin, por sencillo y primitivo quesea el mueblaje. Hay muy pocos obreros y los que hay no se dan mucha prisa, les faltan útiles y materiales. Hay siempre alguna razón para que el mallorquín no se apresure. ¡La vida es tan larga! Es necesario ser francos, es decir, extravagante y arrebatado, para querer que se haga una cosa enseguida. Y si habéis esperado ya seis meses ¿por qué no habéis de esperar otros seis? Y si no estáis contentos en este país, ¿por qué permanecéis en él? ¿Acaso os hemos ido a buscar nosotros? Muy bien podíamos pasarnos sin vuestra presencia. ¿Creéis haber venido aquí para trastornarlo todo? ¡Oh, de ninguna manera! Nosotros ¿comprendéis? dejamos decir y hacemos lo que nos place. — Pero ¿no hay nada para


— ¿Alquilar? ¿Qué es esto de alquilar muebles? ¿Acaso los tenemos de sobra para alquilarlos? — Pero ¿no los hay para vender? — ¡Vender! Antes sería preciso que los tuviéramos hechos. ¿Creéis que nos sobra tiempo para hacerlos sin que nos los encarguen? Si los queréis, mandadlos a buscar de Francia, ya que en ese país hay de todo. — Pero, para mandarlos a buscar a Francia es necesario esperar seis meses y pagar los derechos, y cuando se comete la tontería de venir, la única manera de repararla es volverse. — Esto es lo que os aconsejo, o bien tener paciencia, mucha paciencia; mucha calma, según expresa la sabiduría mallorquína, íbamos a seguir este consejo cuando, con muy buena voluntad seguramente, se nos prestó él flaco servicio de proporcionarnos una casa de campo para alquilar. Era la quinta de un rico burgués que, por un precio muy moderado para nosotros, pero bastante elevado para los del país (cerca de cien francos por mes) nos la cedía con todo su mobiliario. Como todas las casas de recreo del país, tenia camas de tijera o de madero pintada de verde, algunas compuestas de dos banquillos sobre los cuales se colocan dos tablas y un colchón delgado; sillas de paja; mesas de madera tosca; paredes desnudas bien blanqueadas con cal; y, por exceso de lujo, las ventanas con cristales en casi todos los dormitorios; en fin, a manera de cuadros, en la pieza que se llamaba el salón, cuatro horribles delanteras de chimenea como las que se ven en nuestros más miserables mesones de aldea, y que el Sr. Gómez, nuestro propietario, había tenido la candidez de poner en marcos cuidadosamente, como si se tratara de estampas preciosas, para decorar los muros de su mansión. Por lo demás, la habitación era vasta, aireada (demasiado aireada), bien distribuida y situada en un lugar muy alegre, al pie de montañas de fértiles laderas, en el fondo de un rico valle que cierran las amarillentas  murallas de Palma, la masa enorme de su Catedral y el mar reluciente al horizonte. Los primeros días que pasamos en este retiro, los empleamos muy bien en paseos y dulces correrías, a las que nos convidaba un clima delicioso, una naturaleza encantadora enteramente nueva para nosotros. Jamás me he encontrado muy lejos de mi país aunque haya pasado gran parte de mi vida viajando. Era, pues la primera vez que veia una vegetación y un terreno esencialmente diferentes de los que presentan nuestras
Cuando llegué a Italia, desembarqué en las playas de la Toscana, y la idea grandiosa que me había formado de estas comarcas me impidió saborear su belleza pastoril y su gracia placentera. En las orillas del Arno, me creía sobre la ribera del Indre, y marché hasta Venecia sin asombrarme ni conmoverme por nada. Pero en Mallorca no pude establecer comparación alguna con otros sitios conocidos. Los hombres, las casas, las plantas y hasta los más pequeños guijarros del camino, tenían un carácter típiMis hijos estaban tan admirados que hacían colecciones de todo, y querían llenar nuestras maletas de aquellas hermosas piedras de cuarzo y de mármoles veteados de todos colores, de que están formados los muros de piedras secas que cierran todos los cercados. Así es que los campesinos, viéndonos recoger hasta las ramas muertas, nos tomaban por boticarios, o nos miraban como verdader
Notas: (1) Por un piano que trajimos de Francia se nos exigían 700 francos de derecho de entrada. Era casi el valor del instrumento. Quisimos reexpedirlo y no estaba permitido. Dejarlo en el puerto hasta nueva orden estaba prohibido; llevarlo fuera de la ciudad (nosotros vivíamos en el campo) a fin de evitar al menos los derechos de puertas que son distintos de los de aduanas, era contrario a las leyes; dejarlo en la ciudad a fin de evitar los derechos de salida, que son distintos de los de entrada no podía hacerse; arrojarlo al mar es cuanto podíamos hacer si es que teníamos derecho. Después de quince días de negociaciones obtuvimos que en lugar de salir de la ciudad por una puerta saldría por otra y con unos 400 francos pagamos los impuestos. (2) De la Bastida.Primera pPrimera Parte:
Hacía tres semanas que estábamos en Establiments cuando empezaron las lluvias. Hasta entonces habíamos tenido un tiempo inmejorable; los limoneros y los mirtos estaban todavía en flor y, en los primeros días de Diciembre, permanecí al aire libre, sobre una terraza, hasta las cinco de la mañana ... En Mallorca el silencio es más profundo que en parte alguna 

-M. P.: Después de soportar varios días de diluvio, uno de los viajeros enfermó gravemente

-G. S.: La casa del Viento (Son Vent), este es el nombre de la quinta que el señor Gómez nos había alquilado, se hizo inhabitable ... recibimos una carta del terrible Gómez en la que nos decía, en estilo español, que teníamos una persona (Chopin), la cual tenia una enfermedad que llevaba el contagio a sus hogares y amenazaba prematuramente los días de su familia, en virtud de lo cual nos rogaba que desocupáramos su palacio lo más pronto posible. Sin la hospitalidad del cónsul de Francia, que hizo milagros para recogernos a todos bajo su techo, nos hubiéramos visto obligados a acampar en alguna caverna como verdaderos bohemios. Ocurrió otro milagro y encontramos un asilo para el invierno. Había en la Cartuja de Valldemosa un español refugiado, que se había escondido allí por no sé qué motivo político. Yendo a visitar la Cartuja, habíamos quedado sorprendidos de la distinción de sus maneras, de la hermosura melancólica de su mujer y del mueblaje rústico, y sin embargo confortable de su celda. La poesía de esta Cartuja me había trastornado la cabeza. Aconteció que la misteriosa pareja quiso abandonar precipitadamente el país y con tanto gusto nos cedió su celda amueblada como tuvimos nosotros en aceptarla
 
-M. P.: Acompañada por Isaac Turienzo recorrí en varias ocasiones Valldemossa y disfruté de la soberbia belleza de su Cartuja.
 

 
LA AVENTURA COMIENZA
Llegada a Valldemossa
 
 
 
En la imagen: Marian Pidal
 
 
EDIFICIO de VALLDEMOSSA

CARTUJA
En la imagen: Isaac Turienzo


 
CALLE CHOPIN
M. P.
 
 
VALLDEMOSSA ACOGEDORA
 
CALLE TÍPICA
 
 
EDIFICIO HISTÓRICO
I. T.
 
G. S.: Don Gaspar de Jovellanos, uno de los oradores más elocuentes y de los más enérgicos escritores de España estuvo prisionero en el Castillo de Bellver ... Ocupó sus tristes ocios describiendo científicamente su prisión y trazando la historia de los acontecimientos trágicos de que había sido teatro en tiempo de las guerras de la edad media ... Los mallorquines deben también a su permanencia en la isla una excelente descripción de su Catedral y su Lonja. En una palabra, sus escritos sobre Mallorca son los mejores documentos que puedan ser consultados 
 
 
ISAAC TURIENZO
JUNTO a la SILUETA de
JOVELLANOS
en el
CASTILLO DE BELLVER

CELDA
del SABIO ASTURIANO
JOVELLANOS
en el CASTILLO de BELLVER

-G. S.: Partimos para Valldemosa una mañana serena a mediados de diciembre para ir a tomar posesión de nuestra Cartuja. Acariciados por los hermosos rayos del sol de otoño, que debían ser ya para nosotros más raros cada día
 

ENTRADA a la CELDA OCUPADA
por
CHOPIN, GEORGE SAND
y
LOS DOS HIJOS DE ELLA
M. P.


LA CARTUJA
 
 
 
-G. S.: La Cartuja de Valldemosa, que contenía, según la regla de los cartujos, justamente trece religiosos, incluso el prior, había escapado al decreto que en 1836, ordenó la demolición de los monasterios que contenían menos de doce personas en comunidad; pero ésta, como todas las otras, había sido dispersada y el convento suprimido, es decir, considerado como dominio del Estado. No sabiendo el Estado mallorquín cómo utilizar estas vastas construcciones, había tomado el partido de alquilar las celdas a las personas que quisieran habitarlas antes de que el abandono las acabase de hundir 
 
CELDA DEL PRIOR
DE LA CARTUJA
EN LA ACTUALIDAD
 



 
 
 
 
I. T.

M. P.


VIRGEN DEL ROSARIO
 
 

EN LA URNA,
SANTA CATALINA THOMÁS


 
 

 
 
 
 

 
 
I. T.
 
 




JARDÍN del PRIOR
 
 

 
 
 
 
 
 
VISTAS DESDE el JARDÍN
del PRIOR
 


 
EXTERIOR de la
CELDA del PRIOR
 
 

-G. S.: ... la Cartuja está durante los calores del estío habitada en gran parte por palmesanos de la clase media, que vienen a buscar, en estas alturas y bajo estas gruesas bóvedas un aire más fresco que el de la llanura y de la ciudad ... cuando nosotros permanecíamos en ella, la Cartuja tenía por total de habitantes, además de mi familia, el farmacéutico, el sacristán y la María Antonia
 
La María Antonia era una especie de ama de llaves que había venido de España creo que para escapar de la miseria ... Su celda estaba situada al lado de la nuestra y nos servía de cocina, mientras que la dama era considerada como nuestra sirvienta
 
El sacristán era un zagalón que es muy posible hubiera en su infancia servido la misa a los cartujos, y que en la actualidad era el depositario de las llaves del convento
 
El farmacéutico era un cartujo que se encerraba en su celda para ponerse el hábito, que fué blanco en otro tiempo, y recitar solo sus oficios con uniforme de gala
 
 
 
 
FARMACIA
DE
LA CARTUJA
 

 
 
I. T.





  








I. T.








M. P.
 

 
ESTATUAS de
CHOPIN y GEORGE SAND
SITUADAS en LA CARTUJA
 
I. T.
 
 

M. P.
 
DE CAMINO HACIA la
CELDA de CHOPIN
 
PUERTA
de ACCESO
a la CELDA que OCUPARON
CHOPIN, SAND,
y LOS HIJOS DE ÉSTA
en LA CARTUJA

-G. S.: ... Hay doce celdas compuestas cada una de tres piezas espaciosas que dan sobre uno de los lados del claustro. En las dos caras laterales hay situadas doce capillas
 
La cuarta fachada del nuevo claustro ...  es paralela a una hermosa iglesia... se compone de una sola nave enlosada con hermosos azulejos, muy finamente pintados, con ramos de flores artísticamente dispuestos como sobre un tapiz. Los revestimientos de madera tallada, los confesonarios y las puertas son de una extremada sencillez; pero la perfección de sus molduras y la limpieza de trabajo tan sobrio y tan delicadamente ornamentado atestiguan una habilidad en la mano de obra que no se encuentra ya en Francia en trabajos de ebanistería
 
 
IGLESIA DE LA CARTUJA
 






-M. P.: Al hablar de La Cartuja, George Sand se refiere a sus hijos y cita algunas de las experiencias vividas allí por los niños

LOS NIÑOS
de
GEORGE SAND


-G. S.: En cuanto a mis hijos, el amor a lo maravilloso les predisponía más vivamente aun a estas exploraciones alegres y apasionadas. Mi hija se ocupaba en descubrir algún palacio de hadas lleno de maravillas en los desvanes de la Cartuja, y mi hijo esperaba encontrar la huella de algún drama terrible y extravagante sepultado bajo los escombros ... La blusa y el pantalón de mi hija les escandalizaban mucho también. Veían con malos ojos que una joven de nueve años corriese por las montañas disfrazada de hombre  
 
-M. P.: Hago un inciso en la historia escrita por la autora francesa para hacer referencia a sus dos protagonistas: Chopin y Sand
 
FRÉDÉRIC CHOPIN
 
GEORGE SAND



BIOGRAFÍA
de
CHOPIN
 

CHOPIN
 

APUNTES BIOGRÁFICOS
SOBRE SAND
 

GEORGE SAND
 

VIDA de
SANTA CATALINA THOMÁS
 

SANTA CATALINA

SANTA CATALINA THOMÁS
 
-G. S.: ... Debo hacer mención de la santa de que se enorgullecen y de la que nos han enseñado la casa rústica. Valldemosa es también la patria de Catalina Thomás, beatificada en 1782 por el papa Pío VI ... Dios, dice la leyenda, habiendo favorecido a su sirvienta con una razón precoz, se la vio observar rigurosamente los días de ayuno mucho antes de llegar a la edad en que la Iglesia los prescribe. Desde sus primeros años se abstuvo de hacer más que una comida diaria
 
 
 
-G. S.: Era devota tan ferviente de la pasión del Redentor y de los Dolores de su Santa Madre, que en sus paseos recitaba continuamente el rosario, sirviéndose, para contar las decenas, de las hojas de los olivos o de los lentiscos
 
 
 

 
-G. S.: Su vocación al retiro y a los ejercicios religiosos, su alejamiento de los bailes y de las diversiones profanas, le habían granjeado el apodo de la 'viejecita'. Pero su soledad y su abstinencia eran recompensadas por las visitas de los ángeles y de toda la corte celestial: Jesucristo, su madre y los santos se hacían sus criados; María la cuidaba en sus enfermedades; san Bruno la levantaba en sus caídas; san Antonio la acompañaba en la oscuridad de la noche, llevándole y llenando su cántaro en la fuente; santa Catalina, su patrona, le componía sus cabellos y la cuidaba en todo como hubiera hecho una madre atenta y vigilante; san Cosme y san Damián curaban las heridas que había recibido en sus luchas con el demonio, pues su victoria no se obtenía sin combate; en fin, san Pedro y san Pablo estaban a su lado para asistirla y defenderla en sustentaciones
 
 
-G. S.: Abrazó la regla de san Agustín en el monasterio de santa Magdalena de Palma y fué el ejemplo de las penitentes, y como lo canta la Iglesia en sus plegarias, obediente, pobre, casta y humilde. Sus historiadores le atribuyen el espíritu de profecía y el don de obrar milagros


CAPILLA CONSAGRADA
a
SANTA CATALINA THOMÁS
 
EN
los MUROS de VALLDEMOSSA
NUMEROSOS AZULEJOS
RECREAN la VIDA de la SANTA
 


 
M. P.



RELIQUIA
de SANTA CATALINA
en VALLDEMOSSSA
 
 

-M. P.: Santa Catalina Thomás falleció el 5 de abril de 1574. Se dice que sus últimas palabras fueron: 'Señor, pongo mi espíritu en vuestras manos'. Su cuerpo descansa en el convento de religiosas de la parroquia de santa Eulalia, de Palma.
  


-M. P.: Respecto a Chopin, en un momento de la novela, la escritora afirma: 

-G. S.: Teníamos cristales, puertas y una estufa; una estufa única...  Poseíamos un mobiliario espléndido; camas de tijera irreprochables, colchones poco blandos, más caros que en París; pero nuevos y limpios, y alguna de estas grandes colchas de indiana picada que los judíos venden a bajo precio en Palma
  
 
IMÁGENES DE LA CELDA
QUE LA FAMILIA OCUPÓ
EN LA CARTUJA





M. P.
 
 

 
-G. S.: El piano Pleyel, arrancado a las manos de los aduaneros después de tres semanas de entrevistas y de 400 francos de contribución, llenaba la bóveda elevada y resonante de la celda con un sonido magnifico


I. T.
 

M. P.


-M. P.: En la Cartuja, cuando el tiempo era apacible, la familia aprovechaba las comodidades y tranquilidad que les proporcionaba un agradable merendero exterior. 
 

 
 

M. P.
 

 
 
-M. P.: Uno de los lugares preferidos de los niños era el jardín particular que poseía la celda. En él, rodeados de árboles y flores, jugaban con los peces que nadaban tranquilos en un pequeño estanque. Desde el jardín la vista se abría a un fértil y espacioso valle. 
 
 
ESPACIOS DEL JARDÍN
Y
VISTAS TOMADAS DESDE ÉL
 
 


 






-M. P.: George Sand escribe en un párrafo de su libro:
 
-G. S.: ... El estado de nuestro enfermo (Chopin) empeoraba siempre; el viento lloraba en la torrentera, la lluvia azotaba nuestros cristales, la voz del trueno atravesaba nuestros gruesos muros y venia a arrojar su nota lúgubre en medio de las risas y de los juegos de los niños
 
La bronquitis había sido sustituida por una excitación nerviosa que producía muchos síntomas de una tisis laríngea
 
Hubo días en que perdí la esperanza y el valor ...
 
-M. P: Y concluye la narradora:
 
-G. S.: ... lejos de prosperar con el aire húmedo y las privaciones, se agravaba de una manera lastimosa. Aunque condenado por toda la facultad de Palma, no padecía ninguna afección crónica; pero la falla de régimen fortificante le había puesto, a consecuencia de un catarro, en un estado de languidez del que no podía levantarse. (Chopin) Se resignaba, como se sabe uno resignar para si mismo; pero nosotros no podíamos resignarnos para él, y experimenté por primera vez grandes disgustos por pequeñas contrariedades, cólera por un caldo picante o escamoteado por las sirvientas, ansiedad por un pan tierno que no llegaba o que se había convertido en esponja al atravesar el torrente sobre los lomos de un mulo 
 
G. S.: ... El médico, que había visto estos fenómenos en ciertos momentos y que no veía los síntomas contrarios, evidentes para mi, en otras horas, se había decidido por el régimen que conviene a los tísicos, por la sangría, por la dieta, por la alimentación láctea. Todas estas cosas eran absolutamente contrarias, y la sangría hubiese sido mortal. El enfermo tenia el mismo presentimiento. Temblaba, sin embargo, de dejarme llevar de ese instinto que podía engañarme, y luchar contra las afirmaciones de un hombre del arte; y cuando veia que el enfermo empeoraba, era presa, a la verdad, de grandes angustias, como todos podréis comprender 
 
G. S.: ... Cuando entramos en Barcelona, estábamos tan deseosos de acabar por toda la eternidad con esa raza inhumana, que no tuve la paciencia de esperar el fin del desembarque. Escribí una esquela al comandante de la estación naval M. de Belvés y se la envié por una lancha. Algunos instantes después, vino a buscarnos con su falúa y nos trasladamos a bordo del Melèagre. Al poner los pies en ese hermoso brick de guerra, cuidado con la limpieza y elegancia de un salón, viéndonos rodeados de caras inteligentes y afables, recibiendo los cuidados solícitos y generosos del comandante, del médico, de los oficiales y de toda la tripulación, estrechando la mano del excelente y espiritual cónsul de Francia, M. Gautier d'Arc, saltamos de alegría sobre el puente
 
G. S.: ... En los días tempestuosos de la juventud, se imagina uno que la soledad es el gran refugio contra los riesgos, el gran remedio para las heridas del combate. Es un grave error, y la experiencia de la vida nos enseña que allí donde no se puede vivir en paz con sus semejantes, no hay admiración poética ni goces de arte capaces de llenar el abismo que se abre en el fondo del alma. Siempre había soñado vivir en el desierto, y todo soñador que sea ingenuo confesará que ha fantaseado de igual manera. Pero creedme, hermanos míos, tenemos el corazón demasiado amante para pasarnos los unos sin los otros, y lo mejor que podemos hacer es soportarnos mutuamente, pues somos como esos niños salidos de un mismo seno, que se molestan, riñen y aun se pegan, y no pueden, sin embargo, separarse. FIN
 

OTROS ESPACIOS HISTÓRICOS
DE
LA CARTUJA DE VALLDEMOSSA



LA BIBLIOTECA
 

I. T.








IMPRENTA
I. T.
















 
IMPRENTA
M. P.


RECUERDOS HISTÓRICOS
DE
LA CARTUJA
 
 
 














GEORGE SAND












LA HUELLA DE CHOPIN
EN LA CARTUJA
Y EN EL RESTO DE VALLDEMOSSA


 
Óleo






I. T.








Toda visita a Valldemossa, una vez contemplados los 'Espacios Chopin', debería incluir  un recorrido por el fabuloso Palacio del Rey Sancho así como la visión detenida de numerosos lugares de la población y de sus alrededores
 
PALACIO DEL REY SANCHO
 
 
I. T.
 

M. P.
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 

 

 
 
 
 


 
 
 
 
 
 
 M. P.
 
MÁS IMÁGENES DE VALLDEMOSSA
 

 
 
 

 
 
 
 

 
 
MARIAN PIDAL

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